Cañete es una de las provincias más visitadas del sur de Lima, conocida por combinar naturaleza, historia y buena gastronomía. Tiene playas tranquilas, pueblos vitivinícolas, zonas arqueológicas y paisajes rurales que invitan a explorar con calma. Lunahuaná es su destino más popular, pero no es el único que vale la pena conocer.
En esta lista encontrarás los lugares turísticos de Cañete que destacan por su entorno, su historia o su oferta local. Son ideales para una escapada corta, una ruta de fin de semana o como parte de un recorrido más amplio por la costa sur del Perú.
¿Por qué debes visitar Cañete?
Cañete ofrece una mezcla de historia, paisajes y vida local que no se encuentra fácilmente en otros destinos. Tiene desde valles agrícolas como Pacarán, playas como Punta Yaya o León Dormido, hasta bodegas artesanales en Lunahuaná y Azpitia, miradores como el Cerro Camacho y zonas arqueológicas como Incahuasi o El Huarco, que se pueden recorrer sin necesidad de hacer viajes largos o costosos.

Cuenta con buena infraestructura turística, clima agradable gran parte del año y una oferta gastronómica que combina lo criollo con lo rural. El turismo en Cañete es variado y accesible: ideal para quienes buscan desconectar en un hospedaje campestre, hacer deportes de aventura como canotaje o cuatrimotos, o descubrir pueblos con identidad como Calango, Quilmaná o Santa Cruz de Flores.
Los mejores lugares turísticos de Cañete
Esta lista reúne los lugares turísticos de Cañete que más destacan por su nivel de visitas y reconocimiento. Es una selección útil si estás buscando ideas para armar tu ruta.
Lunahuaná
Lunahuaná es un valle cálido del sureste de Cañete, ideal para desconectarse sin complicaciones: buen clima todo el año, paisajes abiertos y actividades al aire libre para todos los gustos.

Puedes iniciar tu recorrido en el sitio arqueológico de Incahuasi, una ciudadela inca de adobe rodeada de cerros áridos. Luego puedes seguir hacia Catapalla, un poblado rural con puente colgante y caminos entre huertos y viñedos.
El río Cañete es el protagonista de la zona: perfecto para hacer canotaje, lanzarte en tirolesa, recorrer rutas en cuatrimoto o simplemente observar el paisaje entre montañas y viñas.


Al caer la tarde, visita alguna de las bodegas artesanales como Santa María, La Motta, Viña Los Reyes, La Palma, El Sol o La Cruz. Todas elaboran pisco y vino local, y muchas ofrecen visitas guiadas con degustación incluida.
Si aún tienes energías, sube al mirador Peña de la Cruz San Juan para ver el valle iluminado por el atardecer. A un lado, encontrarás un pequeño sitio arqueológico poco visitado, con antiguos muros de piedra que aún conservan el misterio de su origen.
Si vas un fin de semana, lo ideal es quedarte al menos una noche para recorrer sin apuro. Caminar por la plaza y visitar su iglesia colonial también es parte del encanto.
Cerro Azul
El balneario de Cerro Azul es uno de los destinos más destacados del sur de Cañete. Tiene un ambiente relajado, buena comida y varios lugares para caminar con calma sin alejarte del mar.

Empieza el recorrido por el clásico muelle de Cerro Azul, ideal para caminar, pescar o simplemente ver el atardecer. Frente a él está el Arco de Cerro Azul, uno de los íconos del distrito, perfecto para una selfie al paso.
Para una vista más amplia del litoral, sube al Cerro Centinela o al mirador ecológico del cerro Camacho. Ambos ofrecen panorámicas perfectas para tomar fotos o contemplar el mar desde lo alto.


En la parte histórica, explora el Complejo Arqueológico El Huarco, un antiguo asentamiento prehispánico frente al mar. Muy cerca, el Museo Municipal guarda piezas que cuentan la historia local.
Si viajas en familia, hay espacios tranquilos como el Parque de la Inmigración Japonesa, el Parque Miguel Grau o el Parque Óscar Chocano, ideales para caminar o descansar bajo la sombra.
Para cerrar el día, pasa por la bodega La Finca Azul, donde se elabora pisco y vino artesanal. Muy cerca, la granja Lácteos Dela ofrece productos locales como queso fresco y yogur artesanal.
Si vas en fin de semana, lo mejor es llegar temprano para caminar con calma, evitar el tráfico de retorno y disfrutar el muelle antes de que se llene.
Asia
Asia es sinónimo de verano, playas privadas y vida nocturna. Pero cuando termina la temporada alta, el distrito revela un lado más tranquilo, natural y perfecto para explorar sin apuros.

Entre mayo y julio, los cerros del interior se cubren de verde gracias a la floración de amancaes. Son las Lomas de Asia, un ecosistema temporal ideal para una caminata de 3 horas, con flora silvestre, aves y miradores naturales. También se puede acampar o simplemente disfrutar del paisaje. Hay servicio de guiado disponible.


Otro punto que vale la pena visitar es el Museo Municipal de Asia – Huaca Malena, donde se conservan fardos funerarios de la cultura Wari recuperados en excavaciones locales. El museo se encuentra junto a una huaca prehispánica aún en estudio, lo que le da un valor único en la costa sur.
Si visitas en verano, el Boulevard de Asia reúne centros comerciales, discotecas y restaurantes para todos los gustos. Es el lado más movido del distrito y suele estar muy concurrido.
La mejor época para visitar las lomas es por la mañana, cuando la neblina comienza a disiparse y los colores del paisaje resaltan más.
San Vicente de Cañete
San Vicente de Cañete es mucho más que la capital de la provincia. Aquí lo que manda es la historia viva, la arquitectura y el ritmo urbano con identidad propia.

Uno de sus mayores atractivos turísticos es la Casa Hacienda de Unanue, una antigua construcción virreinal del siglo XVIII. Aunque está parcialmente en ruinas, aún conserva muros, túneles y detalles ornamentales que cuentan la historia de la época colonial.
Muy cerca también está la Casa Hacienda Montalván, con fachadas señoriales que evocan la época de las grandes plantaciones y la vida rural de antaño.
En el lado espiritual, destaca el Santuario Madre del Amor Hermoso, rodeado de campos y silencio. Su arquitectura moderna y ambiente de recogimiento lo han convertido en un lugar muy querido por locales y visitantes.
Si te interesa conocer la historia de Cañete más allá de lo turístico, lo ideal es visitar San Vicente entre semana, cuando hay menos movimiento y se puede recorrer con calma.
Santa Cruz de Flores
Santa Cruz de Flores es un distrito pequeño y tranquilo, con clima templado, producción de vino artesanal y paisajes rurales que invitan a caminar sin prisa. Es una buena opción para desconectarse un día, comer bien y respirar aire puro.

Su lugar más representativo es San Vicente de Azpitia, conocido como el balcón del cielo por su vista panorámica del valle del río Mala. Es ideal para una escapada sin apuro: almorzar en un restaurante campestre, disfrutar una copa de vino local y contemplar el paisaje desde una terraza sombreada.
También puedes subir al mirador del Cerro Patrón, al que se llega con una caminata corta. Desde la cima se aprecia una vista amplia del valle y, en días despejados, hasta se puede ver el mar a lo lejos. Un buen punto para respirar hondo, tomar fotos y dejar que el tiempo pase más lento.
En fines de semana soleados, lo mejor es llegar temprano para disfrutar del paisaje sin apuro y evitar el tráfico al regreso.
Calango
Calango es un pueblo agrícola de ritmo tranquilo, ideal para reconectar con la tierra y respirar aire puro. Sus chacras frutales —especialmente de manzana— son parte esencial de su identidad y economía local.

En el centro se encuentra la Iglesia Matriz de Calango, una construcción modesta pero representativa de la fe de su comunidad. Su estructura simple conserva el estilo de las iglesias rurales de la zona y sigue siendo punto de encuentro para celebraciones religiosas.
Muy cerca, la Gruta Piedra Milagrosa es uno de los espacios de devoción popular más visitados. Se trata de una formación rocosa rodeada de vegetación, donde muchos dejan ofrendas o hacen pedidos en silencio, en un ambiente sereno y apartado.
Si buscas un destino de fe, campo y tranquilidad, Calango es perfecto para un full day sin estrés ni multitudes.
Quilmaná
Quilmaná es un distrito con aire campestre, ideal para escapar del ritmo urbano y pasar una mañana relajada entre árboles, caminos tranquilos y buena comida local. Su ambiente es perfecto para quienes buscan desconectarse sin ir muy lejos.

En el ingreso te recibe el Arco de Recepción de Quilmaná, uno de sus símbolos más reconocibles. Luego puedes recorrer la Plaza de Armas, rodeada de árboles, esculturas y zonas de descanso, ideal para caminar con calma y sentir el ritmo del pueblo.
Uno de sus atractivos más llamativos es el Parque Zonal Chavín de Huántar, con estructuras de piedra que recrean templos andinos, áreas verdes, juegos y espacio para pasar el día en familia.
También puedes visitar la Bodega Peirano, donde se elaboran vinos y piscos artesanales. En temporada, ofrecen catas y venta directa en un entorno rural encantador
Si vas con niños o en grupo, el parque zonal y la bodega son paradas perfectas para pasar una mañana sin apuro.
Chilca
Chilca es un destino costero distinto, ideal para quienes buscan desconectar, respirar aire puro y dejarse llevar por un entorno cargado de misticismo y tranquilidad. Tiene espacios abiertos, un ritmo pausado y una atmósfera especial donde se entrelazan la naturaleza, la devoción popular y relatos que rozan lo inexplicable.

Uno de sus mayores atractivos son las aguas salinas naturales del sector Las Salinas, donde se encuentran la Laguna Milagrosa, La Encantada y La Mellicera. A muchas de ellas se les atribuyen propiedades curativas, y es común ver a visitantes sumergiéndose en sus aguas para tratar afecciones respiratorias, de la piel o simplemente renovar energías.
También puedes recorrer el Humedal de Chilca, un espacio de conservación con aves residentes y migratorias, perfecto para caminatas cortas, observación de fauna y fotografía.
En el centro del distrito, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción mantiene su estructura original y forma parte del patrimonio religioso de la zona.
Y si prefieres terminar el día frente al mar, están las playas Punta Yaya y San Pedro, ambas de oleaje suave y poca afluencia, ideales para descansar con calma.
En las zonas desérticas de Chilca, varios relatos locales hablan de avistamientos de luces extrañas en el cielo. Algunas agencias incluso ofrecen recorridos nocturnos para quienes buscan experiencias fuera de lo común.
San Antonio
San Antonio tiene un litoral extenso y sereno, ideal si buscas un respiro junto al mar, caminar con calma o simplemente pasar unas horas desconectado del ruido urbano. Es un destino relajado, con vistas abiertas y buen acceso desde la carretera.

Entre sus playas más conocidas está Puerto Viejo, de aguas tranquilas y arena oscura, muy frecuentada por familias. También puedes visitar León Dormido y La Ensenada, menos concurridas pero igual de agradables para pasar el día.
Si quieres una vista panorámica del mar, sube al Cerro Mirador de San Antonio, un excelente punto para tomar fotos o contemplar el litoral desde lo alto.
Y si prefieres una caminata entre naturaleza, no te pierdas la Zona Reservada Humedales de Puerto Viejo, un ecosistema costero con aves migratorias, vegetación nativa y un entorno protegido que revela el lado más ecológico del distrito.
Para disfrutar con más tranquilidad, evita los fines de semana largos y opta por llegar temprano: algunas playas no tienen servicios cerca, así que lleva lo necesario.
Mala
Mala combina ambiente costero, rutas de caminata y huellas de antiguas culturas. Es un distrito versátil, perfecto para una escapada donde puedes elegir entre descansar frente al mar, explorar rutas naturales o conocer sitios con valor patrimonial.

Entre sus playas más conocidas están Totoritas, de ambiente tranquilo y apartado, y Bujama, de mayor extensión y más concurrida. También encontrarás opciones como Barcelona, Cola de Pato o La Caleta, todas con acceso directo desde la carretera y paisajes variados.
Durante los meses de invierno, la neblina alimenta las Lomas de la Aguada, que cubren los cerros con vegetación temporal. Es un entorno ideal para caminatas de media jornada, observación de flora y desconexión total. Desde el Mirador Turístico Santa Rosa, se aprecia una panorámica del valle y del litoral.
En el lado histórico, puedes visitar el Sitio Arqueológico El Salitre, donde aún se conservan restos arquitectónicos en adobe vinculados a culturas preincaicas. Es un espacio poco frecuentado, pero con alto valor patrimonial.
Si vas en temporada de neblina (junio a septiembre), lleva calzado cómodo y abrigo ligero: las lomas ofrecen vistas amplias pero el clima puede cambiar rápidamente.
¿Quieres profundizar más sobre el turismo en el Perú?
Puedes visitar el repositorio oficial de PROMPERÚ, donde encontrarás estudios, guías y recursos actualizados sobre destinos, tendencias y oportunidades turísticas a nivel nacional:
https://repositorio.promperu.gob.pe/home
Otros atractivos turísticos poco conocidos en Cañete
Además de los destinos más populares, Cañete tiene otros lugares escondidos pero con propuestas interesantes si buscas salir de lo habitual. Son pueblos tranquilos, zonas rurales con historia o espacios naturales poco explorados que también forman parte de la riqueza del valle.


Pacarán
Pacarán mantiene viva la esencia de los pueblos rurales del interior del valle. Con calles tranquilas, campos de cultivo y un entorno de cerros, es un destino perfecto para caminar sin apuro y reconectar con lo sencillo.

En el corazón del distrito, la Iglesia San Francisco de Asís domina la plaza principal. Es un templo sencillo que refleja la religiosidad local y se integra bien con el estilo tradicional del pueblo.
También puedes visitar bodegas artesanales como Buena Vista, donde se elaboran vinos y piscos locales, o empresas como Agroindustrias Vallesol, que producen mermeladas y derivados de frutas de la zona.
Para los interesados en historia y paisajes menos conocidos, Pacarán conserva varios puntos con valor arqueológico como el Sitio de San Marcos, el Sitio Huaca Daris y el Puente colgante de Antahuaya, que cruza el río entre zonas rurales.
Si buscas un destino con identidad rural, vinos artesanales y paisajes tranquilos, Pacarán es una excelente opción para un paseo de medio día sin multitudes.
Zúñiga
Zúñiga es un pequeño pueblo rodeado de viñedos, donde el vino y la tradición caminan juntos. Aquí, la producción artesanal de piscos y vinos no es solo un oficio, sino parte de la identidad local.

A lo largo del año, sus bodegas participan en eventos regionales, especialmente en categorías de cepas como Uvina, Quebranta y Cardenal, con bodegas reconocidas como El Puquio, El Pino, Rivadeneyra y Cruz Blanca.
Durante la Vendimia de la Uva Uvina, los productores abren sus puertas para compartir su proceso de elaboración con catas, música y celebraciones populares. Es una gran oportunidad para conocer el pueblo en su mejor momento.
Muy cerca, la Zona Arqueológica de Cruz Blanca conserva vestigios prehispánicos entre colinas y chacras, en un entorno rural.
San Luis
San Luis es ritmo, color y herencia viva. En este pueblo de raíces afroperuanas, la música, las danzas y las fiestas conectan generaciones.
La Comunidad de San Luis de Cañete mantiene vivas costumbres que reflejan siglos de historia y resistencia cultural. Uno de sus eventos más representativos es la Fiesta Patronal de Santa Efigenia, celebrada con misas, procesiones, presentaciones artísticas y una vibrante muestra de gastronomía local.
El pueblo de San Luis, en sí, ofrece un ambiente tranquilo, calles sencillas y una comunidad donde se respira historia compartida.
Nuevo Imperial
Nuevo Imperial es un distrito que vive al ritmo del agua: canales, campos y naturaleza conviven en equilibrio, dando vida a una de las zonas agrícolas más importantes del valle.
Uno de sus espacios más representativos es el Bosque de Protección Aledaño a la Bocatoma del Canal de Nuevo Imperial, un corredor verde que resguarda la biodiversidad y ofrece un respiro natural ideal para caminatas cortas.
El protagonista del paisaje es el canal “El Túnel Grande”, una imponente obra hidráulica que ha sido clave para el desarrollo agrícola de toda la provincia. Por su valor vital, a Nuevo Imperial también se le conoce como “el manantial de la vida”, en honor al agua que riega sus campos y sostiene su producción.
Imperial
Imperial es donde el bullicio del comercio moderno se cruza con las huellas de antiguas civilizaciones. Un distrito con alma agrícola y raíces profundas.
Muy cerca del centro se encuentra la Fortaleza de Ungará, considerada uno de los últimos vestigios de la Cultura Huarco, una civilización prehispánica que floreció en el valle de Cañete.
Entre los campos de cultivo aún sobreviven antiguas haciendas que recuerdan la historia rural del distrito. Este contraste entre pasado y presente le da a Imperial un carácter único, donde el mercado moderno convive con la memoria de tiempos agrícolas.
Consejos para organizar tu ruta por Cañete
Con tantos destinos por descubrir, organizar tu recorrido por Cañete puede marcar la diferencia entre un paseo apurado y una experiencia bien aprovechada. Aquí van algunos consejos prácticos para que tu ruta sea más fluida y disfrutes lo mejor de cada zona:
- Agrupa los destinos por zona
Hay lugares turísticos cercanos entre sí que se pueden visitar en el mismo día. Por ejemplo, puedes combinar Azpitia, Santa Cruz de Flores y Calango en una sola ruta por el valle bajo; o hacer un circuito de playas entre Cerro Azul, Chilca y San Antonio. Esto reduce los traslados y te permite aprovechar mejor el tiempo. - Prioriza según el tipo de experiencia que buscas
Si vas por aventura, lo ideal es enfocar el día en Lunahuaná, con opciones como canotaje, cuatrimotos o ciclismo. Si prefieres un plan tranquilo y gastronómico, puedes apostar por Azpitia o Asia y almorzar con vista al valle o al mar. - Considera dormir una noche si vas a Lunahuaná o zonas alejadas
Aunque muchos lugares pueden visitarse en el día, hay zonas como Pacarán o Lunahuaná que se disfrutan más con una noche de estadía. Así evitas apuros, conoces con calma y puedes aprovechar actividades nocturnas o recorridos más largos. - Evita los fines de semana largos si no te gustan las multitudes
Algunos destinos como Asia, Cerro Azul o Lunahuaná reciben gran cantidad de visitantes en feriados o puentes. Si prefieres una experiencia más tranquila, intenta ir en días de semana o en temporada baja. - Lleva efectivo y consulta horarios antes de ir
No todos los lugares aceptan tarjeta, y algunos atractivos como museos o bodegas solo abren en ciertos horarios o con previa coordinación. Siempre es bueno revisar antes para evitar sorpresas.
Planificar tu ruta con estos consejos te va a permitir conocer más, moverte mejor y disfrutar realmente del turismo en Cañete, sin prisas ni imprevistos.
Preguntas frecuentes sobre Cañete
¿Vale la pena visitar Cañete?
Sí, y mucho. El turismo en Cañete destaca por su variedad de atractivos que se pueden disfrutar sin necesidad de recorrer grandes distancias internas. Hay zonas costeras como Cerro Azul, Chilca o San Antonio para quienes buscan playa, y otras más rurales como Lunahuaná, Pacarán, Calango o Zúñiga donde se mezclan la aventura, el vino, la historia y el paisaje.
Además, cuenta con miradores naturales, sitios arqueológicos, pueblos tradicionales y bodegas artesanales, que juntos forman una propuesta turística completa. No importa si viajas desde Lima, el interior del país o incluso si estás armando una ruta más larga por el sur: Cañete tiene experiencias que valen el viaje.
¿Ya conoces alguno de estos lugares? ¿Te animas a descubrir otros? Déjanos tu comentario y comparte tu experiencia para seguir ampliando esta guía con más rincones del valle.
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